DÍA 16. Clase teórica: saltos de eje. Visionado del corto "¡Tía, no te saltes el eje!"
La clase número 16 impartida en la asignatura de comunicación, educación y sociedad en el contexto digital se ha tratado en nuestro caso de una clase teórica sobre los saltos de eje en el cine, acompañada del corto explicativo “¡tía, no te saltes el eje!”.
La regla del eje es una de las reglas más básicas y fundamentales del cine. Esta regla sostiene que cuando en una escena hay dos personas (o una persona y un objeto) imaginaremos una línea que una sus miradas (o la mirada y el objeto) y situaremos todas las cámaras sólo en uno de los lados de esta línea. Así, un personaje que aparezca a la derecha en una primera toma, continuará a la derecha en una segunda. Cruzar la línea imaginaria que separa los dos lados de una escena provoca desconcierto en el espectador. Por esto, la línea del eje solo debe cruzarse en el caso de que la intención del director sea descolocar o desorientar al espectador.
Sin embargo, a pesar de este desconcierto que, en general, provocan los saltos de eje, existen determinadas maneras de llevarlos a cabo evitando la desorientación en el espectador.
La primera de estas maneras es moviendo la cámara por travelling o stedicam al otro lado de manera que, al hacerse la transición por movimiento y no por corte, se establezca una relación de continuidad.
Una segunda forma consistiría en que fuera el actor el que, también mediante movimiento, se desplace al otro lado de la línea. Esto, al igual que el método anterior, permitiría crear una relación de continuidad y evitaría la confusión.
Una tercera opción es insertar en la grabación un objeto externo a la acción y volver posteriormente a donde queramos.
Un cuarto procedimiento puede ser usar un nuevo personaje para crear nuevas líneas de eje que reorganicen la configuración de la escena.
Por último, una quinta manera sería “hacer borrón y cuenta nueva”, es decir, pasar a un plano general el cual nos permita a continuación retomar la escena desde el ángulo que deseemos, evitando también así la desorientación.
Por otra parte, la proximidad existente entre la cámara y el eje influye además en la distancia a la que encontremos la mirada del actor y, por tanto, nuestra concepción de un determinado plano como más o menos íntimo y personal.
La teoría vista en clase sobre saltos de eje fue ejemplificada, como ya hemos mencionado anteriormente, con el corto “¡tía, no te saltes el eje!”
Este cortometraje se inicia con dos amigas manteniendo una conversación normal y corriente. Sin embargo, al cabo de unos segundos comienzan a realizarse distintos cambios de eje que desconciertan al espectador. Este hecho es utilizado en la grabación como elemento de discusión y recriminación por parte de una de las amigas hacia la otra, convirtiendo el salto de eje en un hecho común y habitual, a pesar de que este sea un proceso utilizado en el cine, y no algo perteneciente a nuestra vida diaria.
Además de este cortometraje, hemos incluido en esta página web otros ejemplos de cortos sobre saltos de eje que explican y ejemplifican este procedimiento, como "Making cinema: 'Salto del eje'" y "Salto de eje" con el objetivo también de ampliar los contenidos vistos en clase y aportar algo de material adiccional.
Elena Bernaldo de Quirós Lalinde